A medida que la luna
tomaba protagonismo en el cielo
el abecedario completo
salio al encuentro de nuestros cuerpos
con un frenesí salvaje y violento.
La A clavo bandera en mi garganta
y en compañía de la H
se adueñaron con heroísmo
de mis cuerdas vocales
para que gustosos gemidos
penetraran tus oídos.
La M se lanzo de manera despiadada
y como una serpiente venenosa
trepo por mis tobillos
se enredándose entre mis piernas
impulsándose con un serpenteo
para devorar mi lujuriosa vulva
al igual que mas tarde
lo haría tu ardiente lengua.
sudorosos y jadeantes
en aquella velada perfecta
nos habitaron las letras
de la A a la Z
formando oraciones
o simples palabras obscenas.
signos de exclamación se unieron a ellas
como soldados listos para la guerra
de esa manera intensificaron su lucha
y dando pelea en cada envestida
liberaron al fin la excitación con efervescencia.
Señorita Z

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