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De "ita" a "ora", que la seduccion tambien viene con arrugas


 

¡Señora de aquí, señora de allá, señora en la farmacia, señora en el subte, señora en la verdulería, señora en los chinos y en la fila del rapipago…dale lugar a la señora! ¿Señora? ¿Señora yo? Cuanta amargura al principio, cuando ni bien termine de soplar el cuatro con el cero de la torta, al ritmo del himno inmaculado “señora de las cuatro décadas” de Arjona. Había pasado del “ita” al “ora” temible, horroroso, terrible. ¿terrible? ¿porque terriblemente terrible? Ahora que lo pienso, ¿serán las arrugas?, ¿la papada?,¿las canas?,¿las líneas del rostro que se van borroneando como esos dibujos que por un descuido se les cae un goterón de leche con chocolate?

¿Horrorosamente asustada por eso? ¿o por lo que aprendimos de eso? Señora, vieja, vieja chota, como si la vejez fuera una ofensa a la vida, como si envejecer estuviera prohibido. ¿Prohibido que las tetas te lleguen al piso? ¿que la cintura, sea cintura y no cinturita? Si es igual de linda para el deseo, para las ganas, para meter manos. Cuando te tratan de “ita”, y esto aplica a todos los órdenes de la vida, seguro es porque que, o te quieren vender algo o pedir algo, siempre los diminutivos tienen esa función de amansarte con ironía. Señorita, viejita, cosita, putita…y así podría seguir para que te des cuenta que siempre es para venderte o pedirte algo.

¡Cuánto pelo en el piso, en el peine, en el resumidero de la bañadera…como para hacer una peluca, un pelucón…a la flauta, a la perinola, a la pucha, a la mierda, ay mama que vieja estas! Que viejita, que chiquita, porque cuando te van cayendo los años, como fichas de dominó, mas infante, mas asexuada. ¿asexuada yo? ¿yo asexuada? ¡Si estoy más plena que nunca, más joven que nunca, más empoderada que nunca, más feliz que nunca! ¿o eso te dicen? ¿o eso te dictan? ¿o eso se espera? ¿o eso nos exigen? ¿o eso nos exigimos orillándonos y dejándonos orillar al acantilado del botox para ser una más del montón con cara de pato, a latas de atún desmenuzado porque para otro no alcanza, a la tintura inaplazable cada quince días?

¡Que ganas de tirar ese altar a lo falso, de dejar de meter panza, de izar el corpiño en cada cita lo más arriba posible, porque las tetitas bien arriba, bien turgentes sino nada, sino ridícula, sino ay señora ya no tiene edad! Que ganas de mandar todo a la mierda, de comer dulce de leche sin tener que estar de penitencia al día siguiente en crossfit ¡Yo te quiero, tú te quieres, él te quiere…o así debería ser, vieja, viejita, señora, doña, doñita, señorona, ámese que con amarse así no pierde nada!

 

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